Llegaba otra vez
Un dulce aroma, tal vez café
Juntos disimulábamos entender
Palabras innecesarias sin nada que perder
Fabricábamos algo juntos para poder
Liberarnos del absurdo entorno a tus pies
Eran mil abejas y su dulce miel
Que al viajar por jardines encontraron el edén
Estabas ausente casi sin ver
Que nuestras vidas se enlazaban en la más profunda fe
Hablamos de dioses casi sin creer
Que solo éramos esclavos de un tierno rey
Un tibio rió de tu ser
El más profundo misterio sin resolver
Aquel amor que muere y vuelve a renacer
Encarnado en tu mente y en tu piel
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